La enfermedad celíaca se diagnostica generalmente en la primera infancia cuando los niños comienzan a ingerir alimentos con gluten, por lo que suele aparecer como primera condición. Pero existen también los diagnósticos en niños grandes, en adolescentes e incluso en adultos, ellos si bien han tenido síntomas de la EC, fueron o no diagnosticados con otras enfermedades que se llaman, enfermedades asociadas.
Las enfermedades asociadas son aquellas que, hablando mal y pronto, suelen venir en combo, es decir, cuando tienes una es muy probable que desarrolles la otra también. Entre los celíacos es muy común que también se padezca de diabetes, en menor frecuencia se encuentran pacientes con Sjögren, artritis, epilepsia e hipotiroidismo.
También hay otras enfermedades que se diagnostican primero que la EC y que suelen estar asociadas como el síndrome de Down, el de Duhrim y las enfermedades del colágeno. Pero cuando el diagnóstico se demora, porque los síntomas de la EC no son muy evidentes y no hay ninguna otra condición que pueda alertar de su existencia, las personas que la padecen desarrollan un “comportamiento” diferente, que se comprende así porque no se sabe del diagnóstico.
Generalmente, los niños en edad escolar y los adolescentes que son celíacos pero no fueron diagnosticados de pequeños suelen presentar los síntomas clásicos de la mala absorción de nutrientes.
Estos síntomas suelen provocar, además dificultades para el desarrollo social normal de los niños por diferentes motivos. En primer lugar, podríamos decir que les provoca inconvenientes para relacionarse porque suelen ser más pequeños en talla que sus congéneres de la misma edad, también suele pasarles que se cansan más rápido o que directamente no sienten ganas de hacer actividades.
Así mismo, están los niños que comienzan a fallar en la escuela y que tienen problemas de atención o se los llama hiperactivos porque no duermen lo suficiente y no pueden mantenerse concentrados en sus tareas o incluso intereses.
Estos síntomas son normales de un niño celíaco y suelen revertirse o mejorar de forma importante luego de la dieta, aunque claro, no son situaciones sencillas por lo que seguramente el niño o adolescente deberá realizar algún tratamiento específico para mejorar su situación “asociada”.
En conclusión, al provocar mala absorción de nutrientes, la celiaquía puede manifestarse de diferentes formas según cada paciente, por lo que la consulta periódica al médico en la que se realicen los estudios clínicos y de laboratorio correspondientes, pero más importante aún, en la que puedas sentarte a conversar con él, contándole tus dudas sobre el comportamiento de tus hijos, familiares o tú mismo, es indispensable para despejar las dudas y apuntar más directo a los posibles problemas de salud.
Imagen vía: Gettyimages por Adie Bush