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Guía práctica para un estilo de vida más saludable

Si creemos en lo que vemos en las redes sociales, pareciera que todo el mundo está adoptando un estilo de vida “fitness”; nos vemos bombardeados con imágenes de personas haciendo yoga, corriendo en el parque, tomando licuados verdes y consumiendo budín de chía. Aunque parecen muy buenas opciones para tu organismo, pueden resultar poco prácticas para una persona ocupada con un horario de trabajo pesado, o una familia a la cual atender.

Es muy difícil luchar contra la pesadez que suele acompañar a una rutina de trabajo muy atareada, sobre todo si se pretende incorporar hábitos de vida saludables. En muchos casos, terminamos sin realizar cambio alguno, que en términos prácticos es lo peor que podemos hacer. Por esta razón, queremos recomendarte cinco pequeños pero eficientes cambios que puedes tomar, de cara a un estilo de vida más saludable, que no representan una enorme inversión de tiempo, dinero y energía, pero que sin dudas marcarán una diferencia en tu salud:

Ir en bicicleta al trabajo

Si nuestra actividad está relativamente cerca de casa, podemos considerar ir en bicicleta en lugar de usar el auto o tomar el transporte público. En la ciudad de Buenos Aires existe un circuito de ciclovías gratuito, lo que facilita y mucho usar una bicicleta para ir a trabajar. El Gobierno de la Ciudad puso a disposición un mapa de las ciclovías y los puntos donde comenzar nuestro recorrido y donde terminarlo. Según la mayoría de los especialistas, el ciclismo es muy buena opción para aquellos en una rutina sedentaria, ya que ayudar a mejorar la circulación y a reducir los niveles de colesterol malo.

Cambiar hábitos alimenticios negativos

El picoteo durante el mate es una de las principales maneras en las que el azúcar, las grasas y las calorías huecas se cuelan en nuestra alimentación. Tener a mano una fruta, un puñado de almendras puede hacer la diferencia para evitar consumir otros productos preparados con harinas blancas refinadas (calorías huecas), así como golosinas, papas fritas u otros productos similares. El problema con el consumo de azúcar es que brinda una vaga sensación de saciedad que pronto se desvanece y da lugar a más hambre.

Caminar todo lo que se pueda

Se entiende que es muy difícil sumar algunas de ejercicio al día en un gimnasio si se tiene un trabajo muy demandante. Pero a veces con salir de la oficina unos 20 minutos será suficiente, caminar unas 20 cuadras puede ayudar a mejorar nuestro sistema cardiovascular. Por otra parte, el hecho de salir del edificio nos ayudará a sumar vitamina D (combate la depresión y otros síntomas de pesadez), cuya mejor fuente es el sol.

Desayunar siempre

Diversas investigaciones científicas demostraron que aquellas personas que no desayunan tienen mayor tendencia a subir de peso que aquellos que rompen el ayuno. Podemos consumir algo de avena que aporta mucha fibra y energía, así como algunas frutas secas, jugos de frutas e incluso algunas tostadas de pan de salvado con una mermelada light o manteca de margarina.

Consumir alimentos integrales y vegetales

El grano entero por ejemplo de salvado suele ser una muy buena fuente de energía, lo mismo sucede con el trigo, por lo que siempre será mejor consumir productos integrales. Por otra parte, el consumo de vegetales será muy positivo para nuestro organismo, sumando vitaminas y micronutrientes esenciales. Podemos preparar una ensalada en casa, pero si llegamos muy cansados también podemos optar por una ensalada a domicilio preparada fresca en los restaurantes de la zona.